- ¿Filete de mangosta? Sí, pero ... ¿qué demonios es esto? Y, lo que es más importante ... ¿es necesario que me mire Vd. con esa cara de mal nacido?
- Sí, es totalmente necesario.
Filete de mangosta nace como iniciativa para aunar obras gráficas y textuales con un objetivo común. La mano de Rafael Jiménez sujeta aquí el pincel, la espátula, el martillo, la cámara o lo que sea, y la de Antonio Romero la pluma (no vaya a ser que éste último se hernie). Es menester precisar que ambos autores han adquirido, como consecuencia de una extraña y estúpida enfermedad venérea (contraída de una forma si cabe aún más imbécil) la forma de mangostas, y no por ello parecen más interesantes.
Filete de mangosta está dividido en varias partes que figuran como solomillos (etiquetas) según la naturaleza del vómito que se exhiba, a saber:
Crudo: Se resume como un volcadero. Aquí se airean los trapos sucios de los autores, la parte más miserable del ser humano actual (lo que supone un tanto por ciento muy elevado de su masa corporal). Los temas tienen que ver con las drogas, el sexo y todo aquello que nuestros corazones ajados sean capaces de balbucear estando de resaca. El estado alterado de conciencia es casi obligatorio.
Poco hecho: Un pozo posmoderno adoctrinado. En esta sección se incluyen las cuestiones del día a día para cualquier pseudointelectual. Somos escépticos, ¿y qué? No vamos a hacer nada por remediarlo. Cualquiera con dos dedos de frente, incluyendo a los autores de semejante porquería, detecta lo absurdo de nuestro mundo, y pocos pueden resistirse a la crítica barata, no carente, por otra parte, de cierto ingenio.
En su punto: Hasta un ser repulsivo como nosotros tiene sus días optimistas. Quizás podamos compartir alguna experiencia agradable, incluso alguna reflexión más o menos profunda. Puede ser el sitio para la creación libre (ilustración, relato, etc.). Para hacerlo y verlo con sombrero y bigote (fumar en pipa o similar suma puntos adicionales al carisma).
Muy hecho: El lado repelente-culto-artístico-históricamente asesorado de la mangosta. Quizás nos publicite como acompañantes de señoritas ilustradas de alto standing.
- ¿Ha quedado algo más clara toda esta parafernalia? Pues ... ¡Maldita sea! ¡Huyó como una rata de un vertedero en llamas!
